EL HABLA DE LAS TIERRAS DE MOYA I |
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CUENCA | |
Martín Muelas Herrráiz |
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Martín Muelas Herraiz (Cuenca, 1954) Catedrático de Didáctica de la Lengua y Literatura en la UCLM con destino en la Escuela Universitaria de Cuenca. Inició sus estudios de Filología Hispánica en el Colegio Universitario Cardenal Gil de Albornoz y los concluyó en la Universidad Autónoma de Madrid donde leyó su Tesina obteniendo el Premio Extraordinario en su Doctorado. |
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Profesor Ayudante de la UAM, Profesor Contratado en la Escuela de Magisterio de Cuenca, donde ha sido Profesor Titular de EU, Catedrático y a la vez que Director. |
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Sus líneas de trabajo se han orientado al ámbito de la lengua, campo en el que realizó su Memoria de Licenciatura, que ha sido el germen del presente libro, y ámbito también en el que ha publicado otros trabajos: Léxico aragonés en tierras castellanas. Estrategias y recursos para el desarrollo de la lengua en E.I. Elaboración de tableros comunicativos. El inicio de la lectoescritura en edades tempranas; etc. En el terreno de la Literatura ha publicado los siguientes trabajos: Una versión literaria de la crisis fin de siglo: Felipe Trigo. Fray Luis de León y su época: bibliografía y documentos. La obra poética de Diego Jesús Jiménez. El Quijote en las aulas. El refranero en el Quijote como forma de conocimiento. etc. |
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Ha dirigido durante diez años los Cursos de Verano de la Universidad de Castilla La Mancha en Priego. Participa en diversos foros nacionales e internacionales relacionados con temas educativos y promovió convenios con diferentes Universidades españolas europeas y americanas. El trabajo que ahora presentamos es el resultado de su ópera prima como investigador, aunque se ha enriquecido con nuevas aportaciones. |
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INTRODUCCIÓN | |
El presente trabajo tiene por objeto una primera aproximación al conocimiento de la lengua hablada en la práctica totalidad de lo que antaño fueron las Tierras del Marquesado de Moya, en la provincia de Cuenca. El estudio tiene que ser necesariamente sincrónico, si bien en alguna ocasión hago referencia diacrónica a ciertos resultados distintos a los apropiadamente castellanos y que, situados en la época de orígenes, se aproximan claramente a los resultados de la lengua hablada en el Bajo Aragón, con la que encontramos sorprendentes coincidencias. |
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El intento pudiera parecer pretencioso a primera vista, pero considero que este trabajo de campo es punto de partida obligado en cualquier estudio relacionado con la geografía lingüística para evitar que las posibles observaciones que se hagan de manera intuitiva puedan convertirse en meras notas pintorescas y en un inventario de palabras que el compilador de turno cree exclusivas de su localidad, sin mayor explicación dialectal ni buscar justificación en razones históricas. |
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Para acceder a este conocimiento del uso de la lengua hablada en nuestra zona y en el momento actual he orientado mi investigación a analizar los usos lingüísticos más característicos en cada uno de los tres planos del lenguaje: Fónico, Morfosintáctico y Léxico, utilizando, como es lógico, la observación directa de los hablantes con las anotaciones pertinentes in situ, así como las grabaciones resultantes con la tecnología que hemos podido utilizar. |
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La hipótesis de trabajo de la que parto es la siguiente: El Marquesado de Moya es una zona que geográfica, cultural e históricamente está y ha estado situada a lo largo de los siglos a caballo entre tres dominios lingüísticos, culturales e históricos bien diferenciados: Castilla, Aragón y Valencia. ¿Es posible pensar que la lengua participe también de esta confluencia de culturas? ¿Cuál es su estado de conservación actual? ¿Hay características específicas respecto a lo que denominamos español vulgar?. La respuesta a cada una de estas preguntas ha movido nuestra investigación y espero que con ella se consiga un mejor conocimiento de las gentes y de la lengua hablada en estas tierras de Moya. |
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Por los datos que hemos podido recopilar y que se analizan en las páginas que siguen, es posible anticipar ya la confirmación de tal hipótesis: a lo largo del Sistema Ibérico, desde La Rioja hasta las costas surorientales de la Península se habría desarrollado un dominio lingüístico prácticamente desaparecido en la actualidad, pero que en otro tiempo pudo ser distinto al castellano y al aragonés; este dominio lingüístico seguiría en sus orígenes una disposición Norte-Sur, como en aquellos, aunque en la actualidad no quedan apenas restos específicos del mismo por la progresiva invasión del castellano y, en menor medida, del catalán. |
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A la disposición Norte-Sur, vendría a superponerse otra más reciente Este-Oeste que obedecería a otros principios socioculturales distintos de los que originariamente se siguieron, y cuya confluencia con los anteriores habría dado origen a este estado de lengua hablada en la actualidad y cuyos rasgos se irá analizando en las páginas que siguen. Estas son, por otra parte, las mismas conclusiones a las que llega Diego Catalán para el espacio comprendido entre Nájera (La Rioja) y Salobreña (Granada) en cuyo trayecto encontramos estas tierras de Moya, testigo que han sido de un tránsito secular de personas que ha ido dejando su huella sobre el paisaje rural y urbano pero también sobre los usos lingüísticos. |
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Se inicia esta exposición con unas notas de cuestiones que en un principio son externas a la lengua misma y que tienen que ver con aspectos geográficos e históricos de nuestra zona, pero que cobran pleno sentido al ser una valiosa explicación externa para comprender lo estrictamente lingüístico. Allí se verá cómo a lo largo de estas tierras se mantiene como constante histórica hasta fechas bien recientes un movimiento continuo de población que arranca desde La Rioja y la Serranía Alta y llega hasta las costas levantinas, como consecuencia del paso del ganado en busca de pastos según la época y como consecuencia también del transporte de madera y otros productos. |
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Acometo después el estudio propiamente lingüístico y lo hago distinguiendo entre unidades distintivas y unidades significativas. Tanto en unas como en otras, trato de dar una explicación científica a cómo se forman cada uno de los subsistemas, buscando siempre las relaciones y causas que han podido dar origen a los fenómenos dialectales observados. |
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En el plano de las unidades distintivas procuro siempre señalar las consecuencias fonológicas que pueden llevar consigo los usos fonéticos, y en el terreno del contenido, con un criterio abiertamente funcional, intento dar una exposición sistemática de cómo se organiza el significado en los niveles morfológico y sintáctico; en cuanto al léxico, que puede ser objeto de un desarrollo posterior, al final incluyo como apéndice un vocabulario seleccionado que sin pretender ser exhaustivo, trata de dar cuenta de algunos términos propios de esta situación de cruce que ya hemos anticipado y que, aunque ya están en franco retroceso, todavía hoy perviven en la conciencia lingüística de los hablantes porque es el léxico el componente lingüístico más perdurable en el devenir de los tiempos. |
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Intento únicamente que al concluir la lectura de mi trabajo se tenga una idea aproximada de un estado del castellano hablado en un área donde, por distintas razones, inciden tres dominios distintos. En la actualidad sería falso hablar de un sistema de compromiso entre los tres, pues tan sólo esporádicamente encontramos resultados que no son propios del castellano general, pero estos mismos datos hacen pensar que en la época de orígenes y durante algún tiempo después conviven los tratamientos específicos de los tres dominios citados, especialmente con los aragoneses y riojanos, y en menor medida con los del catalán suroccidental. |
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II. EL MARQUESADO DE MOYA: |
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SITUACIÓN GEOGRÁFICA Y APUNTES HISTÓRICOS | |
II.-A) Situación geográfica | |
El área que ocupa nuestro estudio viene a coincidir con aquella que hasta principios del S. XIX ocupaban las Tierras del Marquesado de Moya y que en la actualidad forman el Partido Judicial de Cañete, con algunos pueblos agregados. Un total de 39 núcleos de población que están habitados en la actualidad y que se sitúan entre los extremos de Carboneras de Guadazaón por el Oeste, Zafrilla en el Norte, Santa Cruz de Moya al Este y Víllora en la parte más meridional. Seguramente que esta delimitación geográfica tiene mucho que ver con el límite occidental de determinadas isoglosas que señalan comportamientos lingüísticos idénticos y por contra, el límite oriental no coincidiría con las isoglosas propias del dominio del castellano sino que habría que ampliar ese límite hasta núcleos que pertenecen a las provincias de Teruel y de Valencia. A esta situación inicial, y para nuestros fines de estudio, es obligado añadir Mira al conjunto de pueblos que estudiamos, aunque nunca perteneciera al Marquesado, pues los rasgos dialectales observados en esta localidad coinciden plenamente con los que son comunes al resto de poblaciones. |
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Aunque hemos visitado la práctica totalidad de los núcleos de población, las encuestas directas se han realizado en los siguientes: Santo Domingo de Moya, Fuentelespino de Moya, Henarejos, Casa de Pedro Izquierdo, Alcalá de la Vega, Campillos Sierra, Carboneras, Villar del Humo, Narboneta, Talayuelas, Landete y Mira. |
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Nuestra zona está situada en las últimas estribaciones del Sistema Ibérico, en la parte más oriental de la provincia de Cuenca, y por tanto de la Castilla histórica. Tiene como límite nororiental las provincias de Teruel y Valencia, gracias al enclave valenciano del Rincón de Ademuz que se incrusta en plenas tierras turolenses, y aquí se encuentran varios enclaves con la denominación común de Cruz De Los Tres Reinos, tal y como ya puso de manifiesto el botánico Cavanilles y que dan cuenta de esta situación de cruce que venimos señalando. |
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Ciertamente, el carácter fronterizo de las tierras de Moya hasta bien entrado el S. XIV crea una serie de circunstancias favorables para que cuestiones que en principio son externas a la lengua misma la condicionen, y hasta cierto punto, la configuren de una manera especial. Lo veremos tanto en el campo de las unidades distintivas como en el de las significativas. |
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La situación geográfica ha hecho que estas tierras, aun perteneciendo administrativamente a Cuenca, hayan estado más relacionadas con Valencia y Teruel. Y esta relación hay que hacerla extensiva a las zonas más septentrionales, situadas a lo largo de todo el Sistema Ibérico, si nos referimos a la época de la repoblación y a lo largo de toda la Edad Media. Como es de suponer, este contacto de los pobladores de estas tierras con gentes y grupos que se diferenciarían de los propiamente castellanos han de tener también consecuencias lingüísticas. Pero el centralismo y el proceso castellanizador, iniciado muy pronto, ha ido borrando lo que presumiblemente pudo ser un sistema lingüístico de compromiso entre los tres dominios que confluyen: Castellano, Catalán y lo que generalmente entendemos por Aragonés. |
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Para los datos geográficos tomamos Moya como exponente al coincidir aproximadamente con el centro del Marquesado y ser en otro tiempo la auténtica "capital". Los 110 Kms. que la separan de Cuenca, 120 de Valencia y 70 de Teruel pueden parecer distancias cortas en la actualidad si no se tienen en cuenta las dificultades de comunicación por carretera que secularmente ha habido, especialmente con Cuenca. |
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Bien es cierto que la práctica incomunicación con Cuenca de todos estos pueblos va paulatinamente desapareciendo desde la adscripción de los campesinos al Régimen General de la Seguridad Social y la progresiva mejora de las comunicaciones. Pero todavía hoy no es raro encontrar personas no demasiado viejas que nunca han estado en la capital; en cambio, casi todos han estado en Valencia y Teruel. |
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La causa hay que buscarla en la mayor facilidad de comunicación con estas dos capitales y en el hecho de que, hasta fechas recientes, cuadrillas de jóvenes pasaban los periodos de siega en Aragón y los numerosos pastores que aquí marchaban con el ganado hacia el Reino, a lo largo de las veredas y cañadas que desde antiguo les ha conducido desde las sierras norteñas hacia los pastos tempranos del Sur, por no mencionar que ya en época romana una de las principales calzadas que cruzaba la Península, la vía 31 del itinerario de Antonino, se sitúa en esta misma disposición Norte-Sur. |
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Nuestra tierra es especialmente pobre y accidentada. Abundan las calizas y los materiales propios del Cretácico, lo que ha hecho que hasta la emigración masiva de los últimos años el medio de vida haya estado basado en la ganadería y en el transporte de la madera. Trabajos ambos que exigían salidas de larga duración para pasar el invierno en las tierras cálidas del Reino en el caso de los ganaderos, y para "carretear" la madera hasta los centros comerciales en el caso de los carreteros. Circunstancias estas que quedaron reflejadas en los bundantes topónimos referidos al paso del ganado y que para el caso de los carros hay un paraje en Salinas del Manzano que se denomina precisamente Collado de los Carros. |
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Todos los sujetos informantes han desempeñado una de estas faenas y la agricultura siempre ha sido algo subsidario y en función de la ganadería. Por ello, los cultivos están orientados a almacenar el grano suficiente para el ganado y abundan también los terrenos dedicados al cultivo del forraje; alfalfa y pipirigallo, sobre todo. |
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El clima es muy duro en invierno y extremadamente cálido en verano. Los vientos dominantes son el Castellano, si sopla del Noroeste, Cañetejo, Matacabras y Solano, mezclado siempre con un fuerte olor a jara. Como se puede comprobar, la propia denominación de uno de los vientos, Castellano, sería una prueba más de que nuestra zona ni es ni se siente plenamente castellana, puesto que de allí es desde donde sopla el viento mencionado. |
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En sentido estricto, resulta ficticio que considerásemos esta comunidad lingüística como algo totalmente homogéneo, pero sí es posible encontrar rasgos comunes en todos los núcleos de población, especialmente los referentes al léxico, las costumbres y el "deje", que nos permiten hablar de unos usos bien definidos del español hablado en toda la zona, No en vano la conciencia de identidad parece seguir vigente en torno a los Septenarios en todas las localidades visitadas; y de igual manera, los habitantes con los que hemos conectado tienen conocimiento compartido de un "cantar" que los agrupa y define bajo un adjetivo aplicado a cada uno de los pueblos con el que, en ocasiones, hasta hoy en día se sigue conociendo a sus vecinos: brujos, tornilleros, animales. Lo reproducimos a continuación intentando transcribir la pronunciación de quien nos lo recitó: |
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En los güertos, que está endencima, | |
carreteros. | |
En el Rabal, machos grandes; | |
y en Moya está la Justicia | |
que Dios nos libre y nos guarde. | |
En Santo Domigo, coles. | |
En la Pacheca nabares; | |
en Las Casas güenas mozas, | |
porque las han hecho sus padres. | |
En Garcimolina, guindas. | |
En Algarra, lechugares. | |
En el Cubillo, brutos; | |
en El Campillo, animales. | |
En San Martín, tornilleros, | |
que acaban con los pinares. | |
En Fuentelespino, brujas, | |
que blincan por los bardales. | |
En Negrón, los pinos altos. | |
En Vallanca, los nogales. | |
En Ademuz y Casas Bajas | |
están los güenos parrales. | |
En Santa Cruz, peñascales. | |
En Manzaneruela y Campablo, | |
están los güenos romerales. | |
Y en Talayuelas, los pinos y los jarales. | |
Y en Garaballa, muchachos... | |
porque han ayudau los frailes. | |
Ésta que reproducimos a continuación es otra variante sobre el mismo tema que ha sido recogida en la revisión actual del trabajo: | |
En Algarra las lechugas, | |
en Garcimolina los perales. | |
en la Pacheca las coles, | |
en Santo Domingo nabares. | |
en el Rabal, carreteros | |
que llevan los machos grandes. | |
Y en Moya, está la justicia, | |
que Dios nos libre y nos guarde. | |
En Landete, los mozuelos | |
rabilargos y cobardes. | |
en San Martín tornilleros | |
que acaban con los pinares. | |
en Mira, la mucha gente, | |
en el Bonete animales. | |
en Utiel los cabezudos | |
y en Requena los vinagres | |
II.-B) Notas históricas. | |
La ausencia de trabajos monográficos nos ha obligado a rastrear datos en obras de carácter más amplio que pudieran darnos una aproximación sobre la historia de nuestra zona, especialmente en lo referido a la época y origen de sus repobladores, porque es allí donde podemos encontrar los motivos de algunos rasgos dialectales conservados hoy. |
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Por esto mismo, los datos que aquí se dan en ningún caso pretender ser definitivos y pueden ser hasta discutibles. De cualquier manera, he pretendido que estas breves notas históricas tuvieran un mínimo de rigor científico y, cuando me ha sido posible, he tratado de documentarlas, con el fin único de buscar una explicación histórica a la situación del habla conservada en la actualidad. |
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Con estas limitaciones, los datos facilitados por el Profesor D. Teodoro Sáez Fernández nos han sido útiles, así como las indicaciones hechas por el Profesor Aguadé, quien conoce a la perfección el fenómeno de la repoblación en tierras castellanas también en la Provincia de Cuenca. |
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Según estas notas, podemos afirmar que ya en tiempos prehistóricos estas tierras tuvieron ese carácter fronterizo que con toda seguridad adquirieron después. Por los restos encontrados en los abundantes yacimientos puede pensarse que aquí estuvieron los Olcades (iberos), con los que pronto entrarían en contacto con los lobetanos (Celtas), formando un grupo mixto, el celtíbero, que a lo largo de todo el Sistema Ibérico sería una sociedad de tránsito entre los pueblos típicamente mediterráneos y los del interior. A su vez, las escarpadas sierras serían el límite natural que separaría estos dos tipos de grupos sociales. |
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Se han encontrado algunos restos de villares, muy semejantes a los castros gallegos y talayot que son torres de piedra de poca altura y cuyo nombre tiene su origen ár. hisp. talaya, raíz sin duda del topónimo Talayuelas; se conserva también una gran muralla de piedra sin argamasa. Son datos todos ellos que confirmarían la presencia de los pueblos antes referidos en las tierras que son objeto de nuestro estudio. |
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En cuanto a la época romana, los restos conservados apoyan nuestra hipótesis central, puesto que en las excavaciones llevadas a cabo abundan las monedas acuñadas en Bílbilis (Calatayud), situada hacia el norte de este dominio geográfico y cultural al que nos estamos refiriendo. Por lo que se refiere a la época medieval, las fuentes consultadas confirman también que Moya figura entre las conquistas de Alfonso II el Casto en las tierras despobladas que separaban los territorios ocupados por los musulmanes y los reducidos reinos cristianos del Norte. |
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Su conquista es posterior a la de Cuenca, 1.177, y durante un período de casi 50 años queda entre los frentes de reconquista que habían establecido Alfonso II por el Este y Alfonso VIII por el Oeste. En 1.209 caería definitivamente del lado castellano y Alfonso VIII otorga carta de población. |
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Esta debió tener gran resonancia pues se utiliza como referencia en la toma de posesión del alcalde de Cuenca D. Pascual Garci Pérez (1.209-1.210). En su repoblación consta que participaron algunos riojanos: Pedro y Fortún García, así como otros destacados caballeros de Atienza: Pedro Fernández y Pedro Vidas. Bien es verdad que el problema de la repoblación como fenómeno general dista mucho de estar aclarado definitivamente y, por lo tanto, no es raro que no poseamos casi ningún dato concreto a la hora de referirnos a una zona específica sobre la que no hay monografías al respecto. Teniendo en cuenta estas salvedades y utilizando los datos aportados por Julio González, Salvador de Moxó, Aguadé y Diego Catalán parece claro que ya desde los tiempos de Alfonso VI, algunos personajes riojanos recorren las sierras del Sistema Ibérico, bien en empresas privadas, bien como representantes de la política imperial y llegan a tomar posiciones "metidos en los fígados" de los territorios musulmanes del Sur de España. |
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El propio Alfonso VI, gracias a una suerte de circunstancias favorables, consigue organizar la frontera Este del reino toledano en torno a tres pilares fundamentales: al Norte, el condado najerense de García Ordoñez; un poco más al Sur, las tierras de Medinaceli; y en el extremo suroriental, Cuenca |
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Así, a propósito de la repoblación de Garray en 1.107, el emperador podía afirmar que gobernaba "de Calagurri usquead Cuencam" |
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Pero tan sólo cinco años después de su muerte, Medinaceli y Cuenca caen de nuevo bajo el dominio musulmán como consecuencia de las derrotas sufridas en Uclés, Zorita y Medinaceli. El condado najerense se vincularía poco más tarde a Navarra. |
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Alfonso I pronto iniciaría una nueva expansión hacia el Sur en busca de las costas levantinas, con la ayuda de sus aliados francos del otro lado de los Pirineos. Y, de hecho, del origen franco de algunos de los repobladores que en estas tierras se asentaron dan buena cuenta la relativa abundancia del apellido Perpiñán y no podemos olvidar que una localidad de la zona se denomina Narboneta, en honor, sin duda, al origen de quienes debieron ser sus primeros pobladores. |
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En estos movimientos de Alfonso I se sabe que colaboraron indistintamente sus vasallos aragoneses, navarros y ultrapirenaicos, pues es explicable que los Pirineos no constituyeran frontera a lo largo de casi toda la Edad Media, dada la superpoblación de estas zonas y la necesidad de pobladores para ocupar las tierras deshabitadas entre el antiguo enclave de los reinos cristianos y las ocupadas por los árabes. |
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Por otra parte, las abundantes intervenciones de los caballeros navarros en contra o en apoyo del Rey Lobo confirman una vez más la atracción que sobre el reino de Navarra ejercían las tierras de Al-Andalus, a pesar de la continua política de exclusión que pretendían imponerle Aragón y Castilla. En este sentido, es significativo el hecho de que un señorío navarro se establezca al SE de Molina y ocupe la comarca de Albarracín, apuntándose la posibilidad de creación de un estado celtibérico entre Castilla y Aragón. |
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Este señorío, iniciado por Pedro Ruiz de Azagra, pronto se anexiona los castillos de Huélamo y Monteagudo y se acercaba peligrosamente a Cuenca. Algunos años después la posibilidad de creación de este estado tomaba indicios de convertirse en realidad, al pasar como dueño D. Juan Nuñez de Lara y unirse los señoríos de Molina, Cañete y Moya por su matrimonio con una Azagra. Pero ya en tiempos de Alfonso VIII de Castilla y Alfonso II de Aragón, gracias a sus correrías respectivas al Oeste y Este del Sistema Ibérico, se establece una línea divisoria entre ambos reinos que se seguiría manteniendo en la división provincial de 1.833. Bien es verdad que las dificultades de comunicación con el resto de Castilla y la ruina del Rey Lobo potencian este estado latente, al que se había añadido el señorío de Teruel. Hecho este último que incrementa las pretensiones independentistas de los Lara-Azagra que alternan su apoyo a uno y otro reino, cuando no inician campañas por su propia cuenta. |
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Tan sólo bien entrado el Siglo XIV, con la muerte sin descendencia de D. Juan de Lara, sus dominios pasan a depender directamente de la corona de Castilla que poco después los repartirían entre varios marquesados. El de Moya fue donado a los Albornoces y Cabreras, familias que habían dado muestras de fidelidad a la corona. A partir de este momento, 1325, estas tierras incrementaron su contacto con Castilla y especialmente con Requena y Valencia, donde iban los pinos cortados en sus tierras, tanto con fines constructivos como con el fin de aumentar la flota de barcos que requerían los ánimos expansionistas en el Mediterráneo |
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En todo ese largo proceso de luchas entre los reinos peninsulares, queda patente la inviabilidad de creación de un estado celtibérico entre Castilla y Aragón, promovido precisamente por caballeros que provienen de La Rioja. El intento está a punto de convertirse en realidad pero a la postre tendrían que integrarse en uno de los grandes reinos si estos caballeros quieren participar en la conquista y población de Al-Andalus. |
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Lejos de aspirar a un análisis histórico detenido, con estos breves e imprecisos datos históricos quiero trasladar tan sólo la realidad incuestionable del movimiento demográfico que tiene lugar durante toda la Edad Media a lo largo de la ruta de las sierras, y que llevan a cabo las gentes de Navarra, Aragón y el Sur de Francia. A la vez que dirigen sus campañas a encontrar una salida marítima, tanto por razones geopolíticas como por la necesidad de encontrar nuevas tierras de pasto y del cultivo, van ocupando y poblando las tierras del alto Júcar y el Guadalaviar, donde dejarían también su cultura y los rasgos dialectales de quienes se iban quedando. |
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Estos aspectos externos a la propia lengua puede ser el origen de algunos fenómenos lingüísticos conservados en el habla actual y que muy probablemente son debidos al origen de los repobladores y a las continuas relaciones de los hablantes con otro dominio lingüístico y culturales distintos al propiamente castellano. Por lo demás, éstas son las mismas conclusiones, o mejor, hipótesis de trabajo a las que llega Diego Catalán, aunque con otro procedimiento. Él establece sus isoglosas con los datos aportados por el ALPI, que, como es bien sabido, no siempre son demasiado precisos. |
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Por lo que he podido observar con la encuesta directa, convendría modificar la que Diego Catalán traza a propósito de ansa y guizque. La modificación, si bien situaría esas isoglasas muy próximas a las que él postula, vendría a dar más coherencia a estos fenómenos lingüísticos apuntados por él y que nosotros confirmamos, teniendo en cuenta los movimientos de población y políticos, que él mismo aduce. |
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Para ansa habría que situar su límite occidental algo más hacia poniente de donde él establece, y para guizque y variantes, por lo que se refiere a la provincia de Cuenca, no son válidos los límites administrativos que él respeta. En unas primeras indagaciones he podido observar que el límite occidental de guizque habría que situarlo algo más al Este de Carrascosa del Campo. Pues bien, admitiendo estas modificaciones, el área de estos fenómenos vendría a coincidir con aquella zona cultural y entidad histórica que ha corrido una historia más homogénea desde los inicios de la castellanización, tal y como se puede observar en los mapas de Zamora Vicente. |
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Por último, aunque perteneciente ya a una época en la que el idioma había alcanzado su grado de consistencia actual, quiero llamar la atención sobre otros dos hechos que también pueden ser significativos. |
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El primero se refiere a la pervivencia de las rutas del ganado de la Serranía en busca de pastos cálidos a lo largo de las veredas existentes desde antiguo. Aunque la permanencia de los ganaderos sea escasa, hay que pensar que tanto su paso como su convivencia posterior en el Reino - así se denominaba aquí a las tierras del Sur - facilita un proceso de préstamos lingüísticos, especialmente léxicos, entre los distintos pastores que comparten los quintos. Como apuntábamos antes, el mundo del ganado ha tenido siempre una trascendencia capital en la historia del Marquesado. Buena muestra de ello son las numerosas cañadas, veredas y cordeles que atraviesan todo el territorio y la abundancia de parajes que hacen referencia al paso del ganado, Así en el término de Alcalá de la Vega existe un lugar denominado Fuente de la Mesta, en referencia clara a la organización que regulaba la trashumancia; y abundan también los topónimos que incluyen el propio término cañada: Solana de la Cañada, La Canadilla, Cañada del Hoyo, Cañada del Collado de Pedro Chova.... |
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Su disposición Norte-Sur es una constante histórica más del movimiento de población, comercio y estrategia política que se ha repetido siempre en los pueblos de Aragón y la Serranía Alta de Cuenca en busca de pastos de temporada y, en los orígenes, de una salida al mar. |
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El segundo de los hechos recientes es a propósito de la Guerra de la Independencia. Estas tierras son ideales para la guerrilla tal y como la define Galdós: "La base de su estrategia es el arte de dispersarse y reunirse. Se condensan para caer como la lluvia y se desparraman para escapar a su persecución". Consta que cuatrocientos hombres del Marquesado se integran en el ejército de Aragón y Moya y sus tierras son su refugio y centro de operaciones contra los franceses. Según Angelina García, el Ejército de Aragón existe gracias al apoyo que Villacampa y sus gentes encuentran en Moya y Molina de Aragón como refugio perfecto. Sobre todo, por las armas fabricadas en las herrerías de Mijares, próximas a Moya, que equipan de municiones a todos los guerrilleros que operan en la Sierra. |
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Para concluir este apartado y aunque estos datos pueden parecer insuficientes y convendría completarlos, sí ponen en evidencia el continuo contacto de los moyanos con gentes de Aragón y La Rioja por el Norte y con pueblos de Valencia desde el Este, lo que a la larga posibilitará la configuración de un sistema lingüístico con características propias y que tomaría préstamos de uno y otro dominio. |
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Por razones geográficas, históricas y geopolítcas el contacto de estas gentes con las del Rincón de Ademuz ha sido intenso hasta fechas recientes, como lo prueban los abundantes matrimonios mixtos, aunque en la actualidad han disminuido considerablemente. Gracias a estas relaciones continuadas, todavía nos es posible encontrar algunas características socioculturales que nos hacen pensar inmediatamente en Aragón: traje típico, folklore, tipo de vivienda y demás manifestaciones de la identidad de un pueblo, a pesar del secular proceso de castellanización, que no ha podido eliminar esos rasgos identitarios. |
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Nos encontramos, pues, ante una zona que ni geográficamente ni históricamente es plenamente castellana, ni aragonesa, ni valenciana. En ella inciden las peculiaridades que cada uno de estos grupos étnicos pueden tener, de la misma manera que en sus tierras se encuentran los mojones de estos tres reinos. Pues bien, este carácter de mestizaje cultural es el que queremos demostrar para el ámbito concreto de los usos lingüísticos. |
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III. SOCIOLINGÜÍSTICA Y METODOLOGÍA DE TRABAJO. |
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III.-A) Consideraciones previas. | |
Aunque sea una cuestión que en principio se sale también de lo que es el estudio inmanente de la lengua, me parece oportuno hacer algunas observaciones sobre el concepto que nuestros hablantes tienen de su propio uso lingüístico y las implicaciones que esta consideración comporta. |
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Por lo general, todos desprecian su manera de hablar y de algún modo la asocian con el subdesarrollo económico y abandono social que han padecido a lo largo de los siglos. Es significativo que tan sólo en las localidades situadas más al Sur y con más población, Aliaguilla, Landete, Mira y Cardenete, las más desarrolladas económicamente, se jacten incluso de su forma de hablar y de esas palabras que saben que no son normales en la lengua oficial, pero a las que no están dispuestos a renunciar puesto que las consideran como una seña de identidad. |
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En cambio, en las localidades más pequeñas y situadas al Norte, sienten auténtica admiración por "cómo se explican" sus vecinos en las localidades citadas anteriormente, por su forma de hablar, para ellos, sinónimo de desarrollo. Este hecho, aunque también es cierto que en la actualidad se observa una revalorización de su vida campesina por la degradación que perciben en la vida de la ciudad, ha sido sin duda la principal causa de "normalización" de estas hablas rurales y su práctica desaparición en estos últimos años. |
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El campesino, atraído inicialmente por el tipo de vida que se le ha presentado como deseable, ha sentido la necesidad de adaptar su lengua a la de esa misma sociedad que él considera mejor, en detrimento de lo que él cree característico del pueblo, llegando incluso a cometer errores por una conciencia exagerada de ultracorrección. |
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Ante la pregunta de su posible semejanza con el habla y la cultura de Valencia y Aragón, la respuesta generalizada ha sido de aversión por lo que pueda estar relacionado con lo valenciano y de simpatía y aceptación de su similitud con lo aragonés, con lo "baturro". En ello, no cabe duda, tiene mucho que ver la tradición centralista y el actual resurgir de las nacionalidades, que ellos consideran un factor negativo, agravada en su caso esta animadversión hacia lo valenciano porque se une el hecho de que son los chelvanos, comerciantes todos ellos, quienes más visitan la zona y con fama ganada de estafadores. |
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Esto explicaría que términos que pueden identificarse con lo valenciano como corvella, barraca.. estén en franco retroceso y se prefieran sus correspondientes castellanos: hoz, teñá... aunque en la toponimia - el campo semántico más conservador- siguen perviviendo aquellos términos más próximos a lo valenciano: Barraca de los Navazuelos (Cardenete), Barraca del Buto (Pajarón), Barraca de los Frailes (Garaballa). |
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En todo caso hay que aclarar desde el principio que el castellano coloquial y vulgar es el instrumento de comunicación de los habitantes de la zona que estudiamos, pero aquí perviven todavía algunos elementos propios de un dominio lingüístico distinto al que se habla en las zonas más occidentales, debido en gran medida a la influencia aragonesa, pero también a la influencia valenciano-catalana que está presente en el Rincón de Ademuz. Todo lo cual nos permite documentar esos rasgos propios del dominio lingüístico al que nos venimos refiriendo. |
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III.-B) Metodología de trabajo. | |
Con el fin de trascender lo meramente anecdótico y que mi trabajo pueda servir a un mejor conocimiento de la geografía lingüística del español, he dirigido mi estudio a un mejor conocimiento del estado de la lengua hablada en la zona que nos ocupa, para ponerlo en relación con el descrito en áreas próximas e intentar aportar nuevos datos sobre ese dominio lingüístico en estado latente del que habla Diego Catalán en el artículo tantas veces citado. |
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Como hemos visto en la introducción geográfica e histórica, nuestra zona se define por una serie de circunstancias socioculturales que la hacen partícipe a o largo de la historia de unas comunidades en algún tiempo enfrentadas pero cuyos ciudadanos necesitarían de un instrumento de comunicación común. Dado su carácter fronterizo es posible pensar que la lengua no haya permanecido insensible a esta confluencia pacífica unas veces y beligerante otras. Por ello, aunque no exclusivamente, mi interés ha ido dirigido a rastrear esos fenómenos que si no llegan a permitirnos hablar de una lengua de tránsito, sí nos aportan datos suficientes para pensar en una situación especial del castellano en contacto con los dominios aragoneses y valenciano. |
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Consciente de la necesidad de "un cuestionario ordenado y bien estructurado", he tratado de elaborarlo con los datos aportados en el ALEANR, los trabajos realizados sobre el dominio aragonés, y lo que históricamente se conoce como Extremadura Aragonesa. En menor medida, he utilizado los trabajos sobre el dominio estrictamente castellano, ya que apenas existen y casi todos se fijan exclusivamente en el léxico. |
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Tomando como modelo el cuestionario elaborado por M. Alvar para la recogida de datos que configuran el ALEA, adaptado a nuestra zona, he procedido a la recogida de material lingüístico en conversaciones grabadas con los informadores. Material que unas veces he transcrito directamente al realizar la encuesta y otras, en reaudiciones posteriores. Cuando la grabación no ha sido posible, ni recomendable, he anotado los datos directamente en mi libreta. |
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Aunque carece de rigor científico el considerar una comunidad lingüística como algo homogéneo, he estudiado precisamente lo que puede ser general en la comunidad estudiada y ello me permitirá hacer algunas observaciones de carácter sociolingüístico que merecerían ser objeto de un estudio más detenido y que serían válidas para el estudio del español hablado en circunstancias parecidas. Así, sería interesante ver las consecuencias lingüísticas que puede tener la edad dentro de una misma comunidad. Ello nos permitirá comprobar cómo entran en conflicto el sistema lingüístico de un adolescente criado en estas tierras y el sistema lingüístico que él asocia con una sociedad más evolucionada en la que aspira a integrarse. En una primera aproximación, podría afirmarse que el sistema de los habitantes de menos de quince años se asemejaría más al sistema de generaciones mayores, en tanto que entre los veinte y cuarenta años se observa una mayor semejanza con lo que entendemos por sistema normativo, en ese afán por ocultar las diferencias. Como es lógico, las edades habrá que precisarlas más en cada caso concreto, pero parece evidente que el intento de estos jóvenes por integrarse en una sociedad que admiran, y que identifican con la que se les ofrece en televisión, les lleva a adaptar su lenguaje al que utilizan los personajes de este medio de comunicación. Lógicamente, en este intento de adaptación, siempre estarán condicionados por su sistema aprendido en la lengua materna. |
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Puede comprobarse también cómo los habitantes de estas tierras cuando ya han superado la idea de emigración, no se preocupan tanto de "normalizar" su lengua hablada, aunque en ocasiones también lo intentan. Es el caso de nuestros informantes, mayores todos ellos de 45 años, y para quienes la emigración no está ya entre sus proyectos vitales. |
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Por lo demás, y sin tampoco profundizar en ello, parece observarse un mayor conservadurismo en las mujeres que en los hombres, si las cinscunstancias socioculturales son similares. Téngase en cuenta en este sentido que la profesión más abundante ha sido la de carretero y ello exigía salidas de larga duración y el hecho de entrar en contacto con gentes de otras tierras. Las mujeres, en cambio, sólo han empezado a salir del pueblo desde hace muy poco tiempo, aunque es sobre ellas sobre quienes en la actualidad más inciden los medios de comunicación audiovisual. Y es precisamente en las mujeres donde mejor se mantienen conservadas antiguas costumbres, palabras ya poco usadas, e incluso, procedimientos morfológicos que están desapareciendo. En cambio, es en los hombres donde mejor se pueden encontrar los rasgos generales de la fonética del español llamado vulgar. |
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En cuanto a los sujetos informantes que han colaborado en mis encuestas, tengo que reconocer que han sido la práctica totalidad de los habitantes de las localidades visitadas pero poseo textos grabados de los siguientes:
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Informante nº 1 |
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Natural y vecino de El Arrabal |
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Edad: 65 años |
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Profesión: Sus labores |
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Viajes: dos meses en Cuenca por fractura de cadera | |
Naturaleza de sus padres: El Arrabal | |
Informante nº2 |
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Natural y vecino de Henarejos |
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Edad: 50 años |
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Profesión: Agricultor |
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Viajes: una semana a Tarragona con E y D. | |
Informante nº3 |
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Natural y vecina de Garaballa |
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Edad: 67 años |
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Profesión: "arreglar a mis dos hijos solteros" |
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Viajes: ninguno | |
Informante nº4 |
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Natural y vecino de Santo Domingo |
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Edad: 45 años |
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Profesión: pastor |
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Viajes: a Utiel y Ademuz con cierta frecuencia. | |
Informante nº5 |
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Natural y vecino de Casa de Pedro Izquierdo |
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Edad: 72 años |
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Profesión: Jubilado. En otro tiempo carretero. |
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Informante nº6 |
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Natural y vecino de Casa de Pedro Izquierdo. |
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Edad: 54 años |
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Profesión: tratante |
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Viajes: a varios sitios. | |
Naturaleza de la mujer: Casas Bajas (Ademuz) | |
Informante nº7 |
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Natural y vecina de Campillos Sierra. |
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Edad: 68 años |
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Profesión: Sus labores |
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Viajes: ninguno. | |
Informante nº8 |
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Natural y vecino de Santo Domingo. |
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Edad: 45 años |
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Profesión: agricultor. |
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Viajes: a Cuenca y Teruel. | |
Gracias a la amistad con los sacerdotes de estos pueblos, me ha resultado fácil entrar en contacto con los informantes citados y con otros muchos que me han facilitado noticias exhaustivas sobre las faenas del campo, utensilios de labranza costumbres, vegetación y otros aspectos de la vida campesina. La lectura del artículo de Gregorio Salvador citado antes ha venido a solucionarme gran cantidad de problemas, relacionados tanto con la metodología en la recogida de materiales como en la de su posterior interpretación. Allí he aprendido que mis objetivos debían encaminarse al conocimiento del diasistema de la comunidad que estudiaba, al que necesariamente debería acceder a través del ideolecto de los sujetos informantes. |
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Por ello, mi cuestionario ha estado encaminado a establecer con mis informadores un acto de comunicación en el plano de la metalengua, para que ellos me ofreciesen su sistema lingüístico directamente, sin que el acto del habla lo modificase lo más mínimo. |
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El hecho de pertenecer a un medio social y lingüístico muy parecido al de la zona que estudio me ha facilitado la labor de "mostrarme ignorante de lo que preguntaba, pero siempre seguro de los significados y conocedor de las cosas de las que pedía información". |
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Sobra decir que en ningún momento he pretendido describir en su totalidad el sistema lingüístico de nuestros hablantes. Lo cual, aunque va en contra de los principios básicos del método estructural, se sale fuera de mis posibilidades. Con un corpus de 14 horas de grabación y días de permanencia en las localidades visitadas, con múltiples anotaciones, mis pretensiones se concretan en acercarme al conocimiento de ese sistema y tratar de esbozar algunas de las coordenadas que configuran el conjunto. |
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En cualquier caso, he agrupado mis notas en torno a las dos articulaciones señaladas por Martinet, distinguiendo unidades distintivas y unidades significativas. Hago también un esbozo de lo que puede ser una sintaxis el español hablado, analizo los múltiples recursos expresivos utilizados por los hablantes para sus actos de habla y llamo la atención sobre el polimorfismo fonético que en algunas ocasiones pueden acarrear consecuencias fonológicas; al final incluyo como apéndice un vocabulario seleccionado, donde introduzco los comentarios filológicos que nos permiten confirmar ese carácter de cruce que parece caracterizar la zona estudiada, pues no en vano es en la formalización de los contenidos semánticos donde más claramente se mantienen conservados los rasgos de cualquier habla dialectal y también aquí ponen en evidencia ese domino lingüístico en estado latente al que hemos venido refiriendo. |
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Cuando los datos actuales lo permiten, trato de hacer algunas observaciones de carácter diacrónico sobre una serie de fenómenos conservados y que el constante proceso castellanizador ha ido borrando. Como norma, he intentado que mis observaciones trascendiesen el campo de lo anecdótico y, siempre que me ha sido posible, he procurado una interpretación sistemática de las distintas variantes documentadas. |
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IV. ESTUDIO LINGÜÍSTICO. | |
El hecho de entender el texto hablado como un todo tal vez tendría que haberme llevado a iniciar el análisis lingüístico por las unidades mayores- los períodos sintácticos- para llegar después a las unidades más pequeñas. He seguido justo el método contrario y he partido de las unidades distintivas, dado que éste es el que se viene eligiendo normalmente y, en último lugar, iniciar el análisis desde uno u otro punto no tiene otro objeto que lograr una mayor claridad expositiva y conseguir mayor coherencia. |
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Por lo demás, sobra decir que las divisiones hechas en los diferentes niveles de análisis son válidas tan solo metodológicamente ya que no puede establecerse una separación tajante entre ellas. Así Morfología y Sintaxis se estudian en apartados diferentes, podrá comprobarse cómo se entrecruzan continuamente y se podrían haber estudiado juntas; y algo parecido ocurre con las distintas partes en las que se divide todo el estudio lingüístico, que por claridad y coherencia he agrupado así: |
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A Unidades pertenecientes a la segunda articulación. Distintivas | |
B Unidades pertenecientes a la primera articulación. Significativas | |
C Problemas de Sintaxis | |
IV.1. Unidades Distintivas. | |
a.- Vocalismo |
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b.- Consonantismo | |
c.- Estructura silábica y esquemas conceptuales | |
d.- Conclusión | |
IV.1.a) VOCALISMO:
El sistema vocálico descrito por Alarcos para el español normativo funciona sin variación en la zona estudiada. en consecuencia, las observaciones que siguen tienen por objeto y límite al mismo tiempo, analizar lo más exhaustivamente posible las tendencias de realización fonética que se observan y apuntar las posibles consecuencias fonológicas que pudieran acarrear. |
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De este análisis podrá observarse un conjunto de variantes fonéticas no siempre coincidentes con las que se citan para el castellano normativo. En la mayoría de los casos serán propias de lo que se llama castellano vulgar general, pero trataré de buscar alguna explicación de carácter sistemático que justifique esa denominación común de "vulgarismos" para fenómenos de muy distinta naturaleza; así, por ejemplo, veremos las posibles consecuencias fonológicas que pueden tener la neutralización de las variantes de las vocales de grado medio con las de las vocales más cerradas. |
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En otros casos, especialmente en la diptongación de o y e breves latinas, intentaré una explicación de carácter histórico que pueda darnos cuenta de esta antigua situación lingüística fluctuante entre los resultados aragoneses y castellanos en la época de orígenes. |
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El principio de economía, en la medida que lo permite el hecho mismo de mantener inteligible la comunicación, aceptado en Lingüística General, alcanza en estos medios unos límites insospechados. En consecuencia, las distintas realizaciones de las unidades vocálicas se enmarcarán en torno a dos principios generales, el de la economía y el de la diferenciación máxima, con posibles implicaciones fonológicas. |
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En el caso concreto de las vocales, la economía no siempre respeta los límites que le pudiera imponer la diferenciación máxima y algunas veces se originan confusiones que sirven incluso para que los hablantes hagan discusiones sobre su propia lengua. |
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Puede afirmarse que lo más característico del vocalismo es la vacilación en el timbre de las vocales de grado medio /e/, /o/, con una marcada tendencia a la cerrazón, hasta llegar a [i], [u] respectivamente en numerosas circunstancias. Estas vacilaciones se darán especialmente en las posiciones átonas y estarán condicionadas en gran medida por el tipo de sonido próximo. De ahí la necesidad de considerar el texto analizado como un todo, sin tener en cuenta los límites en lo que tradicionalmente se entiende por palabra, |
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Paso ahora al estudio de las realizaciones fonéticas de cada una de las unidades vocálicas. |
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* Vocal /a/:
"Fonema vocálico de abertura máxima y timbre neutro". Se dan las mismas variantes fonéticas que en castellano normativo, con algunas particularidades. |
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Su articulación es, con mucho, la más nítida de las vocales y en ningún caso ofrece problemas en cuanto a su identificación. | |
- [a] velarizada |
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Se realiza velar en los mismos casos citados por Navarro Tomás. Realizaciones del tipo (moriØo) [botiØo] corroboran esta velarización de /a/ que posibilita la aparición del sonido [o], intermedio de los extremos de la serie velar, y continúa con la antigua monoptongación romance. |
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La tendencia a la cerrazón de las vocales medias hace que aumente considerablemente uno de los contextos señalados por Navarro Tomás para la velarización de /a/ en el diptongo [au]. A los casos normales [máula], [páula] hay que añadir el formado cuando la o siguiente se cierra [aurár] (ahorrar); [augar] (ahogar), y muy especialmente el formado tras la pérdida de -d- intervocálica en los finales -ado [aráu] ('arado'); [lau] ('lado'), [kambjau] ('cambiado'). |
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Eso mismo hace que disminuya la variante relajada de /o/ y que prácticamente no exista otro de los contextos señalados para la [a] velar, ante vocal o. |
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En los casos en que la o va acentuada, la cerrazón va acompañada de un cambio acentual que posibilita el diptongo. Frente a la realización [áura] ('ahora') de otras zonas, cabe señalar el arcaísmo agora de la nuestra, explicable históricamente por el latin hac hora, que veremos en el consonantismo, o bien como simple desarrollo de un elemento velar [g], como ocurre en otros casos en que las vocales en contacto lo toman para evitar el diptongo, [agún] ('águn'). Aunque no tan clara como en español normativo, se ve también cierta velarización en sílabas trabadas por -l , normalmente realizada como un sonido intermedio entre [r] y [l] que representamos por [f] [almárjo], [altañil], [katbárjo], [portal], [personal] y ante el sonido [x]. |
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-[ä] palatal. |
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La variante palatal se da en los mismos casos descritos por Navarro Tomás. Es decir, ante las consonantes [c], [l], [n], [y] y en el diptongo [äi]. En este último caso, lo mismo que hemos visto para [au], hay que añadir los formados por la cerrazón de /e/ en [i], cuando va precedida de a [äiródromo], [päiron] ('paredón'). |
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-[a]. |
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La a final, formada por la pérdida de -d- en -ada, junto con una mayor intensidad, es evidente que se realiza con un alargamiento compensatorio en el que se quieren aglutinar las dos a que quedan en contacto: [kaná], [argelá] ('traspellada') |
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-[a] relajada. |
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La variante relajada se mantiene más próxima al sonido no relajado. Si se relaja lo hace de tal manera que prácticamente llega a desaparecer. Sobre todo en conversaciones muy rápidas se oyen casos como éste [ande bás] (¿adónde vas?'), con articulación de un sonido inicial casi imperceptible. |
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La nitidez del timbre de la /a/ hace que sean escasísimos los casos en que su realización se salga fuera de las variantes descritas. Accidentalmente se realiza [e] en algunos casos aislados y nunca como norma general [estila] ('astilla'), [esturias] ('asturias'). |
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* Vocal /e/: |
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Con frecuencia su timbre aparece bastante relajado y su articulación alcanza todas las posibilidades de la serie palatal, desde [i] hasta [ä], aunque es más frecuente la tendencia a cerrarse. Cuando no hay tal relajación, corresponde a la descripción hecha por Alarcos para el fonema /e/: "fonema vocal de abertura media, de timbre agudo". |
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De las circunstancias que da Navarro Tomás, nos interesa especialmente la del diptongo [ei], donde la abertura es tal que llega a realizarse generalmente [a]: [afäitáse], [bäinte], [aØaika], ('acequia'), previa metátesis. |
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En el resto de circunstancias que el castellano normativo realiza [e], la abertura es escasamente perceptible, salvo si va en contacto con [r]: arreñal |
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Los límites entre la realización de /e/ y de /i/ se superan con frecuencia y se neutralizan en numerosas ocasiones; el hecho está íntimamente relacionado con la tendencia a la formación de diptongos y la supresión de hiatos. |
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El fenómeno es general en fonética sintáctica, donde puede afirmarse que toda e en contacto con otra vocal siguiente se realiza [j]. Lo mismo ocurrirá con o:[lj an dáu] ('le han dado'); [nadje lj obligó] ('nadie le obligó') |
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Posiblemente esta vacilación generalizada del timbre de las vocales /e/, /o/ facilita la misma modificación en casos difícilmente explicables por procesos asimilatorios o desimilatorios. Tal es el caso de imos ('hemos'). En el verbo decir, las formas di- se extienden a todo el paradigma; lo mismo que sucede en emplear, realizado siempre impl- que unidos a los casos generales: siguidilla, estrumento, devertirse, berniz, resura, desta ('hasta'), muestran la marcada tendencia de las vocales de grado medio a cerrarse y a confundir sus variantes con la /i/, /u/ en determinadas circunstancias. Esta confusión, aunque generalizada para todo el dominio hispánico, es lógico que sea más acentuada en el español hablado en zonas rurales,. El hecho de que en muchos casos se deba a procesos asimilatorios o desimilatorios no agota su explicación, ya que hay bastantes casos en los que difícilmente puede obedecer a tales procesos. Y si estos son posibles se debe, sin duda, a que se da en otras circunstancias, y, en definitiva, a que el sistema vocálico admite tal posibilidad. |
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* Vocal /o/: |
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"Fonema vocálico de abertura media, de timbre grave" |
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Como e el caso de /e/, su correlato agudo, la tendencia a la cerrazón es general aunque podemos encontrarnos casos de [o] abierta: [báturo], en contacto con [r]. |
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Estructuralmente es explicable que sean escasos los ejemplos de [o] abierta, ya que al realizarse [u] los más cerrados, se hace innecesaria la abertura. En el resto de los casos citados por Navarro Tomás para [o], unas veces se realizará [o] y otras se cerrará en [u]. Así, en el diptongo [oi] la o, más que realizarse abierta, se cierra hasta llegar a [u]: [twiko], ('todico'), [bwina] ('boina'); [mwisés] ('moisés'); [mwino] ('mohíno'). Cierre que es mucho más general en fonética de frase, como veremos a propósito de las vocales en contacto. |
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En otro de los casos citados por Navarro Tomás para [o] abierta, el de sílaba trabada por cualquier consonante, hay un ejemplo claro de ausencia de abertura y, por contra, se realiza [u]. El castellano general boj no se conoce, aquí es siempre buje lo que da una idea de la antigüedad de la confusión de algunas de las realizaciones de /o/ y /u/. |
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Entre una a precedente y una r o l siguientes, que el español normativo realiza como [o], sucede algo parecido: [kaulín] ('caolín'); [ a la ura de komér] ('hora'), [pá utre] ('para otro') donde la cerrazón va acompañada de un cambio acentual. |
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Otro dato más que viene a confirmar esta tendencia al cierre de /o/ es, sin duda, el hecho de que la conjunción disyuntiva es siempre u, sea en el contexto que sea, como veremos en su apartado correspondiente. |
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De manera parecida a lo que sucede en la serie palatal, las variantes de /o/ y /u/ se entrecruzan con frecuencia en las posiciones átonas. Así, puede pensarse que en tal posición hay cierta tendencia a que funcione un sistema de tres unidades, con dos grados de abertura y tres series, como sucede en catalán central para las vocales átonas. |
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i u |
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a |
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Donde /i/, /u/ admitirán todas las variantes de cada serie y /a/ algunas de las que el español normativo realiza como [e] y [o]. |
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* Vocal /i/ |
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"Fonema vocálico de abertura mínima de la serie velar y timbre agudo" |
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Se realiza [i] en los mismos casos que cita Navarro Tomás; y, en general, puede decirse que tanto /i/ como /u/ son siempre abiertas, lo que explicaría las numerosas realizaciones con /e/, /o/ respectivamente. |
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* Vocal /u/ |
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Fonema vocálico de abertura mínima de la serie velar y timbre grave. |
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Las observaciones hechas para /i/ son válidas también para /u/ que es su correlato palatal. |
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* Los sonidos [j], [i], [w], [u] |
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Para la naturaleza y problemas de interpretación que pueden presentar estos sonidos remito al capítulo que les dedica Alarcos. |
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Por lo que toca a nuestra zona, cabe decir que lo más destacado es su alto porcentaje de aparición al realizarse así los fonemas /e/, /o/ en contacto con cualquier otra vocal, especialmente en fonética sintáctica. El hecho está íntimamente relacionado con el acento y los diptongos e hiatos. |
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* Diptongos e hiatos |
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La tendencia a formar diptongos en las combinaciones ea, oa, eo, oe, tan generalizada en la práctica totalidad del dominio hispánico, adquiere en nuestra zona una especial irregularidad. |
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Esta formación de diptongos alcanza a casos muy poco propicios para ello. El castellano general faena, aquí es siempre [fáena] con una e muy próxima a [i] y el consiguiente cambio acentual. En numerosos casos ya se ha perdido la conciencia de la antigua situación en hiato y ha quedado lexicalizada la forma con diptongo: ciazo en ('cedazo'), pión ('peón'), pial, almuada ('almohada'), ruenal ('rodenal'). |
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Relacionado con este fenómeno y la tendencia de /e/, /o/ a cerrarse está la práctica desaparición de los diptongos decrecientes:[ei], [eu], [oi], [ou] y el aumento considerable de los crecientes. Esta vacilación de timbre en las vocales lleva consigo un cambio acentual que hará que el acento vaya sobre el diptongo en conjunto. Frente a esta tendencia generalizada, se dan casos esporádicos en sentido contrario que vienen a confirmarla: cambear, vacear. |
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Parece aventurado tratar de caracterizar el castellano de uno u otro lado del Atlántico, entre otras diferencias, por el distinto tratamiento que de esta cuestión se pueda dar en cada caso. Emilio Lorenzo, con los datos aportados por D. Luis Flórez sobre el habla madrileña, da a entender que en el habla de Madrid, y presumiblemente en el resto de la península, la e átona del grupo ea se pierde en el habla coloquial: sa ido ('se ha ido') en tanto que en América la solucíón sería [j] [s] a ido. Añade él "Los ejemplos citados por Flórez son observables a diario en el estilo coloquial: sa ido, es cayer (es que ayer), a ca ti no (a que a tí no)". |
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Como estamos viendo, en nuestro caso, posiblemente en otros muchos del castellano peninsular, la solución parece ser el diptongo [ja] para ea y [we] para oe, mejor que la reducción. De ahí lo arriesgado de caracterizar las dos grandes áreas del castellano para estas soluciones, pues algunas de ellas se deben al sistema mismo y otras veces serán coincidentes en uno y otro caso. |
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Si se intenta hacer una primera división dialectal del castellano, pienso que habría que empezar haciéndolo en zonas conservadoras y zonas innovadoras. Tanto unas como otras podrán encontrarse igualmente en la península y en América. |
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En cuanto a fenómeno de la diptongación propiamente dicho, creo oportuno hacer algunas observaciones. Los resultados vienen a coincidir plenamente con el trato que de e y o latinas se da en castellano general. Pero hay todavía hoy algunos datos que hacen pensar en una antigua solución más cercana a la aragonesa que a la propiamente castellana. |
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Realizaciones del tipo, logo, torce, Fuencaliente, Fuanblandiza, Juansanta y otros similares, hacen pensar que en la antigua vacilación de los resultados de o breve latina. Sobre este tema afirma M. Pidal: "de wa desconozco hasta ahora ejemplos castellanos". En Aragón la variante wo no escasea...pero abunda más wa. |
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El resultado o breve >o exige, sin duda, el paso previo wo que posibilita la desaparición del primer elemento. Así puede explicarse torce 'tuerce', 'palanca', <torcere, difícilmente explicable sin wo originario. Acudimos de nuevo a M. Pidal: "La vacilación uó, uá, ué... es mayor en León y en Aragón, comarcas más arcaizantes que Castilla". Y un poco más abajo: "Castilla se singulariza desde el siglo X porque en ella el diptongo se ha fijado ya en we más decididamente que en ninguna otra de las regiones". Lo que podría explicar los actuales pos ('pues'), po que ('puede que'), contino ('continuo'). |
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En los resultados de e>ie>i nuestra zona parece estar más próxima a Castlla con la reducción a i, acaso porque esta reducción esté condicionada por la palatización de -ll-, fecha para cual ya se iniciaba en estas tierras el proceso castellanizador. No he encontrado ningún caso de ie conservado ante -ll-; incluso recín ('recién') y pligue ('pliegue') pueden ser una muestra de esta reducción. |
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La pérdida del primer elemento del diptongo en el perfecto simple de ir y ser obedece seguramente a razones exclusivamente fonéticas: fi, fiste, fimos. Se conserva el diptongo originario en cuasi <quasim. |
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* Soluciones que ofrecen las vocales en contacto |
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Dentro de una misma palabra y, sobre todo, en fonética sintáctica, las vocales que quedan en contacto sufren distintas modificaciones estrechamente relacionadas con la tendencia a cerrarse las de grado medio. |
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Estas vocales suelen quedar en contacto con la pérdida de algunas consonantes intervocálicas, especialmente -d-, -g-, pero también por otras circunstancias. Los resultados según vayan en una misma palabra o en fonética sintáctica, no siempre coinciden. La mayor parte de los resultados coinciden con los del español vulgar general. |
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* Vocales iguales en contacto en una misma palabra. |
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A+A>Á: Tajá ('tajada'), maná, ('manada'), majá, ('majada') |
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No se puede hablar de que la mayor cantidad vocálica de esta a resultante tenga un valor distintivo, pero es indudable que su mayor intensidad acentual va acompañada de un desdoblamiento muy próximo a lo que generalmente se entiende por cantidad. Junto a esta pérdida de -d- en -ada-, se encuentran casos de conservación, como sucede en el Rincón de Ademuz y relacionado con la conservación aragonesa: pinada, molinada. |
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E+E>Á: pues ya pues terminar pronto ('puedes'), ties que venir ('tienes'). |
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O+O>O: Tos ('todos'); de mó que ('de modo que'). |
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En los tres casos convendría un estudio con aparatos apropiados para ver esa posible cantidad, especialmente para [á] y [ó]. |
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* Vocales iguales en fonética sintáctica |
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Señalo especialmente: |
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E+E>[je]: endi este lau ('desde este lado'), aunque es e la solución más generalizada: testaba esperando ('te estaba esperando') |
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O+O>WO: Nuoyes a nadie ('no oyes a nadie'), lu obligaron un poco ('lo obligaron'). |
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* Vocales distintas en contacto |
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A+E > Al: pair, majáiros, páice, amoláiras, ('pared', 'majaderos', 'parece', 'amoladeras') |
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En fonética sintáctica, unas veces ofrece este mismo resultado a lá ira ('a la era'), la icharon ('la echaron'), pero generalmente se contraen y desaparece la e: lastuvo viendo ('la estuvo viendo'). |
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A+O>AU: Capáur ('capador'), segáures ('segadores'), pasau mañana ('pasado mañana') |
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En fonética sintáctica es posible esta misma solución: una ura u dos ('una hora o dos'), páutre ('para otra'), pero también se da el desarrollo de un elemento velar, próximo a [g], que permite conservar el acento en su posición pero deshace el posible hiato. Esta segunda posibilidad queda confirmadas por el ya citado agora. También se escucha tagona ('tahona'), esa no, la gotra. ('esa no, la otra') |
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En definitiva, son dos mecanismos distintos para evitar el hiato; uno, cerrando las vocales /e/, /o/ realizándose entonces como diptongo, y otro, intercalando un elemento consonántico. |
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A+U>AU: El tratamiento es parecido al caso anterior. Si se mantienen ambos sonidos, se produce un cambio acentual que hace posible el diptongo: recentáura ('recentadura') "levadura"; cáuno ('cada uno'), peláura ('peladura'). Otras veces se desarrolla también el elemento velar [g] facilitado por la velaridad de [u]: cada guno ('cada uno') esta gu aquella ('esta o aquella'); agún, en convivencia con aún. |
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E+A: Si el acento va sobre a, o posterior, el resultado es siempre [ja]: acarriar ('acarrear') güeltiar ('voltear'), piales ('pedales'), li habrían dicho ('le habrían dicho'). Si el acento va sobre la e, se conserva ambos sonidos: tea ('teda') "corazón del pino". |
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E+I: Si el acento va sobre la e, o posterior, ésta se abre en [a]: azaite, paine, azaituna. Si el acento va sobre la i, se mantienen ambos sonidos: reírse, aunque la e queda bastante debilitada. En fonética sintáctica, lo normal es la desaparición de e: no minteresa ('no me interesa'); lizo gozo ('le hizo gozo'). |
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E+O>JO: Tiodoro, piones, dientes diodoro. Aunque también se dan casos de reducción en o: Tiófilo. |
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E+U: Ofrece distintos resultados. Hay casos de reducción, conservándose el elemento más cerrado: Ulalia, Ustaquio. Lo normal es que la e se cierre hasta [i]: piuques ('peduques'); si ti hubiás callau ('si te hubieras callado'), miri usté ('mire usted') |
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I+A: Es general la conservación de las dos vocales, pero la i acentuada pierde su acento cuando va integrada en un mismo grupo acentual mayor y se realizan como diptongo: estos djas atrás, la tja María |
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IÉ, I+O, I+U: Forman diptongos aunque el segundo elemento vaya acentuado:[s] era u nw era, alá él; [Sj ubwalgo] nadie lo sabemos. (Si hubo algo). |
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O+A: En palabras aisladas, si la a no va acentuada, el resultado es siempre [wa]: [twabía] (todavía) [pw alí] ('por allí'). Si va acentuada se desarrolla el elemento labial [b]: toballa ('toalla'). Compárese este resultado con el de O+E. |
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En fonética sintáctica, el resultado es siempre [wa], [pos nw arman malas øapatiestas] (pues no arman), lu han pregonau esta mañana ('lo han pregonado'). |
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O+E: El elemento modificado es siempre el que va primero, debido a la marcada tendencia a la formación de diptongos. Tanto en fonética sintáctica como en palabras aisladas el resultado es siempre [we]: ruenal ('rodenal'), pu el pueblo ('por el puebño'), nu era malo, no ('no era'). Si el acento va sobre la e, lo normal es el desarrollo de la labial b, que evita el posible hiato: cobete ('cohete') |
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O+I: El resultado es siempre [wi]: muino ('mohíno'), tuico ('todico'), buina (boina) [lw ¡øjón mal] (lo hicieron mal). |
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O+U: Es general la reducción en u, favorecida por la previa cerrazón de o, que hace que se asimilen dos sonidos prácticamente iguales. |
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U+E: Ofrece varios casos de reducción a o en palabras aisladas: logo ('luego'), pos ('pues'), poque ('puede que'). Véase lo dicho a propósito de la diptongación. |
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U+I: Cabe señalar la reducción a [i], ya citada, en el perfecto simple del verbo ir y del verbo ser: fi, fiste, fimos... |
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Cuando son más de dos las vocales que quedan en contacto, las soluciones coinciden con las ya citadas y la tendencia a la formación de diptongos es en este caso a la formación de triptongos: aguairas ('aguaderas') |
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Hay que señalar, además, la frecuente caída del elemento intermedio: [bwa por ágwa] ('voy a por agua'), [Sj ubjás estáu] ('si hubieras estado') |
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Otros fenómenos: |
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Prótesis.- Tan sólo he documentado casos de a- protética. No sólo se da en los verbos, sino también en sustantivos, atroje, arramales, abellota, acenagal, azanahoria, acontentar, adalla. En los verbos es frecuentísima, dándoles cierto valor incoactivo: arrecoger, arrondándole, arremolinar, aunir, atarriar, arrepretar... |
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En cambio, son escasos los ejemplos de aféresis. Tan sólo he documentado los generales: bujero, luterio, bubilla y algunos casos que pueden deberse a procesos asimilatorios: la lacena, lacha ('el hacha'), guaderas ('aguaderas'), masar ('amasar'), cina ('hacina'). |
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Metátesis.- He documentado los generales: naide, cudiaico, maniantal, ceica ('acequia') |
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Asimilación.- Todos los casos documentados son comunes al español vulgar general: tiniente, siguidilla, engeniero, milindre, intierro. |
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Casos de disimilación los encontramos en: Hinarejos, dispensa, frontera, ('frentera') dispues, pisebre, simental. |
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IV.1.b) CONSONANTES: |
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No nos detendremos en un examen completo del sistema consonántico, dada su total identidad con el del castellano normativo. |
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A diferencia de lo que veíamos para las vocales, en las consonantes no se observa ninguna tendencia definida que pueda poner en peligro el sistema de oposiciones vigente. No obstante, son observables ciertos fenómenos de carácter fonético que trataré de ordenar para ver sus posibles implicaciones fonológicas, ya que carecería de sentido dar una relación inconexa de variantes. Si éstas se producen, es gracias a que el sistema permite una serie de movimientos en sus realizaciones cuando las diferencias se consideran pertinentes. Al mismo tiempo, trataré de dar cuenta de algunos fenómenos que en otra época pudieron ser generales y que en la actualidad quedan reducidos a casos muy aislados y a términos muy concretos. |
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A) Restos conservados de un tratamiento distinto al castellano. | |
* Resultado de f-inicial latina | |
En conjunto puede afirmarse que su evolución ha sido la típica castellana: f->h> Ø. | |
Pero aún hoy se documentan algunos casos que nos hacen pensar en el antiguo trato que esta f- se le dio en aragonés. En este sentido nos interesan especialmente unas palabras de Menéndez Pidal "...Castilla la Nueva, más que influir en Aragón, fue influida en su parte oriental por el reino vecino...Lo que explicaría la ausencia de topónimos en Hont-". | |
En Aragón, en cambio, la f- inicial se conservó durante toda la Edad Media y conviene recordar que nuestra zona se incorporó tardíamente a Castilla. |
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Así se explica que, aunque hoy quede limitada su conservación al Alto Aragón, se encuentren casos aislados por todo el territorio que en otro tiempo estuvo bajo su zona de influencia. La he documentado conservada en forcate, fanega, esfollinar, faloria, "mentira", faldal, forco, faldiegue (pintura de cal). |
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Frente a esto, en Campillos existe el topónimo Hontanilla y una de las localidades visitadas es Henarejos, Canailla de Henares (Garaballa) topónimo que en Murcia es Fenazar. Este doble tratamiento no hace sino confirmar ese carácter de cruce que parece definir nuestra zona. |
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Como un resto de la antigua aspiración de f - inicial en Aragón puede pensarse en el citado Juancaliente (Fuencaliente) la Juanblandiza ('Fuenblandiza'), Juansanta, en Campillos, juera ('fuera') y posiblemente también en jorguin ('hollín') y jumera (humareda), juimos (fuimos).
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Cabe añadir la frecuente conversión en [Ø ] como fenómeno general del español no culto: zumarro, posiblemente por cruce de cigarro y fumarro, Cermín, cinca ('finca'), cebrero (febrero). Esta confusión explicaría ciemo, fiemo, aunque puede pensarse en un cruce con cieno. En algún caso, tras su pérdida, se ha desarrollado el elemento verlar [g] ante vocal velar: gornacho ('hornacho'). |
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** l- , s- iniciales | |
Ofrecen claramente el resultado aragonés l->ll en los siguientes casos: llero ('lero'), llares, llastimica ('lastimica'). En lleta "hoja pequeña" puede pensarse que deriva de folieta, con lo que el resultado coincidiría con el de lj en aragonés antiguo y catalán. |
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Para s- igualmente se nos ofrecen ejemplos que coinciden con el tratamiento aragonés: [s]>, [c], [Ø]: chiflar<, zuro<suber, zamploño ('sapo'). |
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*** Grupos consonánticos. | |
- Grupos iniciales | |
Pl-, cl-, fl-, ofrecen los resultados castellanos, pero se conservan una serie de ejemplos que recuerdan el tratamiento que en aragonés se les da a estos grupos. | |
Pl- se conserva en plegaur ('allegador') y plegar ('recoger'), ambas se consideran voces típicamente aragonesas. | |
Cl- el resultado lavija, aunque muy general en el español vulgar, puede pensarse que sea la solución intermedia entre la conservación aragonesa y la palatalización castellana. |
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- Grupos con yod. | |
Junto al más general cordellate, encontramos tenilla<tendícula (tinaja) corvella<corbícula y, con frecuencia conil, catalán conill. Tal vez en este último caso pueda pensarse en una importación reciente y de carácter esnobista. No ofrece ninguna duda cello<cíngulo "aro que se pone a los yugos abiertos y a las cubas". |
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c´l, g´l, - Como en aragonés, hay casos de conservación tras consonante: ascla, cisclón, riscla, cingla, cinglo, aunque este último convive con ceñajo, resultado típico castellano. | |
- Es frecuente la sonorización de una oclusiva sorda tras nasal y, esporádicamente, tras líquida. Se documentan: penga (penca) Peña Menga, rangura, arrengar<renicare y llanda, lámina de metal, forma que Corominas da como valencianismo. |
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Los grupos -ns- y -bl- se conservan en ansa 'asa', pansío "pasado" y nublo "nubarrón". | |
Junto a estos restos de lo que pudo ser un continuo cruce entre los resultados aragoneses y castellanos, paso ahora a ver algunos fenómenos que, aunque los doy como fenómenos actuales, continúan viejas tendencias y confusiones de nuestra lengua. |
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B) Fenómenos actuales |
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* Modificaciones en el punto de articulación. |
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B/G.- Con frecuencia b y g se neutralizan. Ante vocal velar, la b generalmente se velariza: gomitar, golver, groca, velarización que es general ante el elemento [w]: [gwelta] [regweldo] y también en guirlachos<birlachos... Así como he documentado gramante y goina. |
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La antigüedad y el arraigo del fenómeno queda atestiguado por la lexicación de casos como güeña, que el DRAE cita como voz aragonesa que designa un determinado tipo de embutido. Teniendo esto en cuenta, no puede admitirse la raíz guarra que postula Zamora Vicente, pues la güeña es, en efecto, un tipo de embutido hecho con bofes y demás vísceras de los cerdos y las ovejas. |
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Esta confusión en el punto de articulación de b y g queda confirmada por otros muchos ejemplos en el sentido contrario, como se observa en los ejemplos siguientes: |
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G/B.- Junto a abuzar, encontramos: jubar (jugar) abora/agora "ahora", jubescas "juergas", con la misma raíz de jubar, yubo "yugo", delbadas "delgadas" abuja, bujero, albullón "argollón". |
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Se observa, pues, una clara tendencia a no considerar pertinente el punto de articulación de g y b en determinados contextos, confundiéndose la labialidad y la velaridad. La confusión, aunque en menor medida, se extiende a otras series. |
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D/G.- Sólo la he documentado en los generales párpago y parpaguiar. |
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S/Z.- Sin entrar en una explicación histórica del ceceo y el seseo, ya que no es nuestro caso, citaremos algunos ejemplos donde la oposición dental/interdental deja de ser pertinente. Esto ocurre en posición implosiva: miscle/mizcle, bisnieta/biznieta, mesclar/mezclar, mescolanza, bisco/bizco, naris/nariz. |
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** Confusión sorda/sonora. |
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Además de la explicación de Pidal para el español general, en nuestro caso se pueden explicar la mayoría de los ejemplos como auténticos restos de algunas características dialectales del aragonés antiguo. Sin duda alguna, los ejemplos que siguen están relacionados con la primitiva conservación de sordas intervocálicas: cocotilla, cocota (cima), acacharse, pescatería, pescatero, vinatero, que el DRAE relaciona como el aragonés vinatero, de vinat. Explicación que puede ser válida para miqueta; aunque en este caso puede pensarse en un ensordecimiento de miga. |
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Esta equivalencia, antigua y regular en toda la Romania, sigue vigente de manera esporádica en algunos casos. |
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Además de los generales cangrena, carrucha, gabina y guchillo, he documentado: carrafa, gamella "curva del yugo", garabinero, gachas 'cachas del cuchilloy caveta y tal vez guarniz (codorniz). |
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A esto habría que añadir los casos de sonorización tras nasal, ya citados. |
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La confusión sorda/sonora en otras series es menos frecuente; tan sólo he documentado pejines/bejines. |
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*** Confusiones en el modo de articulación. |
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B/M.- La misma evolución histórica que de cannabu dio cáñamo, parece operar en confusiones del tipo: bimbrera/mimbrera, buñón/muñon, boñiga/moñiga, y almondiguillas. Un topónimo de Campillos es las bembrilleras, y también se documentan ababol,- que G. Salvador documenta como Anapol,- menchajo y mendimia. |
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R/D.- La -d implosiva del prefijo ad- se hace [r]: arministrar, armitir, arviento, "adviento", arvertir... realizándose con un sonido intermedio que representamos por I. |
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Téngase en cuenta que la pluralización de Madrid es madriles: ¿qué tal por los madriles? Y que todos los imperativos presentes de segunda persona del plural, lo mismo que los infinitivos, se asimilan ante pronombre personal siguiente: cogelos ('cogedlos'), limpiálos ('limpiadlos'), ofrecéle ('ofrecedle'). Es igualmente significativo que en un caso haya documentado claramente decillo: y aunque me esté mal el decillo. Compárese con las formas del castellano antiguo y las del gallego moderno. |
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Aunque menos frecuente, tambien se da la confusión d-r: viñero ('viñedo), reguerio (regadío). En sentido contrario he documentado: brusa, branquico (blanquico). |
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La confusión se extiende a otras oposiciones: Tarayuelas, arambre y arambrera, armoneda, arambique, tere-club ('tele-club'), gorondrinas, garbana, holmiguero. |
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En todos estos casos, como ya hemos apuntado, se realiza con un sonido ni claramente | ni claramente r sino más bien intermedio entre ambos que representamos por [I]. |
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Intentando aclarar la situación de -l, -r en nuestra zona por si puede servir al conocimiento de la geografía de -l, -r implosivas en español, diremos que la distinción fonológica de -l, -r se mantiene claramente. Hay algunos casos de neutralización que se hacen extensibles a otras posiciones. Los márgenes de confusión hay que hacerlos extensivos a los casos de -d, siempre en interior de palabra, pues es el único contexto en el que aparece. |
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Con los datos que poseo, parece observarse que r y l parecen mantener clara su distinción fonológica en interior de palabra, aunque se dan algunos casos de confusión que afectan también a -d. Las confusiones parecen ser más generales en posiciones no implosivas, sobre todo, si las vocales son idénticas. |
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En los casos de oclusiva más líquida se observa esta misma neutralización con preferencia de r- l. En los otros casos, en cambio, se tiende a realizar claramente la I. |
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En los grupos r-l hay una clara tendencia asimilatoria que pasa por acercar la r a la l: decillo, aunque normalmente se presenta asimilado: limpiálo, atálo. Este mismo proceso asimilatorio se da, aunque en menor medida, en los casos de r+n, pero raramente se llega a la asimilación total: conero ('cornero'). |
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En los casos de implosiva final es rara la neutralización y únicamente se da en los nombres que indican conjunto: remolachal/remolachar, trigal/trigar, arreñal/arreñar. |
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**** Otros fenómenos. |
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Tal vez el más destacado sea la pérdida de algunos sonidos consonánticos en posición intervocálica; especialmente -d y -r y -n. Para -d hay que tener en cuenta también los casos de d- ante e, i, por asociación con los numerosos ejemplos con prefijo ex: esmatizar, escarfollar, esplazar ('desplazar'), estapar ('destapar'), esvencijar. En casos como masiacico ('demasiaico) la pérdida ha arrastrado consigo la vocal, como ocurre con la preposición de en contextos del tipo: un piazo pan (un pedazo de pan´). El fenómeno contrario, la aparición de una d- protéica por ultracorrección, es también frecuente: desaminar, despartar, descoger, destercolar. |
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En contra de la tendencia aragonesa a la conservación de -d-, en nuestro caso la pérdida es casi sistemática. A las reducciones de los participios: sembrao ('sembrado'), arrinconá ('arrinconada'), venío ('venido)... hay que añadir la perdida casi general cuando el acento no recae sobre la sílaba que ella forma. Tanto si va protónica como postónica su pérdida es general: pueque ('puede que'), alante ('adelante'), media ocena ('media docena'), te vua icir ('te voy a decir'). Si bien, en algunos topónimos ya consolidados se mantiene esa -d- intervocálica como rasgo de aragonesismo: los viñaderos (Cañete), la carrascada (Cardenete), loma de las peladas (Talayuelas) y la quebrantada (Aliaguilla). |
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Por el contrario, hay otros casos en los que la -d- cae incluso aunque el acento vaya sobre su sílaba: ciazo ('cedazo'), piazo ('pedazo'), piuco ('peduco'), dando origen entonces a los cambios que ya hemos visto para las vocales que quedan en contacto. |
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La -r- intervocálica se pierde tras los diptongos: ie, ue, de los condicionales: tuviáis ('tuvieras'), fuá ('fuera'), diá ('diera') y en los vulgarismos generales: miá que ('mira que'), tepa a ti que ('te parece a ti que'), clao ('claro') [pwäi] ('por ahí'). |
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La -n- se pierde sobre todo en las formas verbales viés ('vienes') y tiés ('tienes'). | |
METÁTESIS | |
Todos los casos documentados están recogidos en diferentes trabajos de este tipo. Cabe destacar el difundido aragonesismo ablentar, pero también corbetor, frábica, nesecitar, calrista, calros. | |
EPÉNTESIS | |
No he documentado ningún caso de i epéntetica en la terminación. Abundan, en cambio, los casos de n epéntetica: muncho, menchero, munchacho, ansina, angallones. El cambión documentado en otras zonas lo he documentado como cambrión. |
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A estos casos hay que añadir aquellos en que se recurre a un elemento consonántico para evitar el hiato: cobete, abora, agún, tagona, puga, toballa, sabuquera. |
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Una y epéntetica se da con frecuencia en formas verbales: trayían, veyíamos, cayíamos convive con caibamos. |
PRÓTESIS
La abundancia del prefijo ex procedente de ex y dis>des origina la extensión a algunas palabras que etimológicamente no lo deberían llevar: estrebedes, estenazas, desaminar, estorcer, emprencipar. |
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CRUCE DE PALABRAS |
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Por cruce de comenzar y principar se encuentra comencipiar, apargata + esparteña da apargataña; cuanto y más se unen en cuantimás. Con vara y resbalar puede estar relacionado esbararse. Algo parecido ocurre con sapo y ponzoña, zamploño, picalbona o sobrandosca, blincabardales. Explicación que tal vez pueda servir para reñegar como cruce de reñir + regañar. |
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Este tipo de mezclas es frecuente en las preposiciones y puede decirse que es un procedimiento bastante utilizado: chafarinas, blincatorres, escorcorar ´quitar la piel a la almendra´, escarfollar ´quitar las hojas de la panocha´... |
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CONCLUSIONES |
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Hemos visto hasta ahora algunos casos referidos a las unidades de la segunda articulación: consonantes y vocales. De lo observado puede deducirse que tanto en el sistema vocálico como en el consonántico, junto a fenómenos comunes el castellano general, se dan otros que parecen obedecer a causas puramente dialectales. Así, respecto al vocalismo, hemos visto la marcada tendencia a cerrarse las dos vocales de grado mesdio /e/ /o/ y la posible pérdida del grado de abertura como rasgo pertinente en las vocales átonas: buina, azaite. |
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El análisis del tratamiento que se les da a e y o breves latinas confirma una vez más que los resultados típicamente castellanos y los propios del aragonés se entrecruzan en nuestra zona, aunque están en retroceso las soluciones típicas del aragonés: torce, pligue.
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El tratamiento que se les da a las vocales en contacto, en tanto no poseamos datos fiables del castellano vulgar general, parecen aproximarse a los que da A. Llorente para la Rioja Alta. Tratamiento que pienso viene a confirmar el movimiento aludido que parecen seguir las vocales de grado medio. |
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En nuestra zona, por otro lado, se siente especial aversión por las vocales en hiato y para deshacerlo se utilizan dos procedimientos: hacerlas diptongo cerrando una de ella en [i], [u]: ciazo, pion, o bien se acude a una consonante antihiática que lo evite, generalmente b, g, y: agora, tagona, cayíamos. |
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Por lo que se refiere al sistema consonántico, hemos visto su total identidad con el del castellano general, con algunos casos que hacen pensar en antiguas soluciones que fueron distintas. Este es el caso de la confusión sorda/sonora en pescatería, pescatero y las confusiones en el modo de articulación: yubo, delgadas, así como el resultado de algunos grupos consonánticos. |
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Estos hechos, desde luego, se encuentran favorecidos por razones internas a la organización del propio subsistema consonántico español, pero en nuestro caso se hallan favorecidos por algunas influencias típicamente dialectales, tal y como intentamos demostrar a lo largo del presente trabajo. |
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Analizo ahora las unidades inmediatamente superiores, donde se unen vocales y consonantes, las sílabas, para pasar después al estudio de las unidades significativas. |
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IV.1.c) ESQUEMAS ACENTUALES Y ESTRUCTURA BÁSICA |
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Los modelos silábicos del español general son totalmente válidos en nuestro caso. Pero conviene hacer algunas observaciones referentes a la distribución de unidades, principalmente en posiciones implosivas. |
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En efecto, encontramos modelos silábicos del castellano normativo: V.- CV; VC; CVC; CCVC; pero nunca encontramos el modelo con margen posnuclear VCC, pues siempre se elimina una de las consonantes del grupo. Hablo de eliminación tomando como referencia la lengua normativa, pero tal vez convendría decir mejor que no existe tal grupo posnuclear compuesto dado que los hablantes no tienen conciencia del mismo y no es válido acercarnos al estudio de su lengua con unos presupuestos que no sean los propios de los hablantes. |
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Así, el grupo que en castellano oficial responde a esta ordenación VCC, vns, nunca lo encontraremos: Istante (instante), costante (constante), istrucción (instrucción), estrumento (instrumento). |
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En el contexto VC, si C corresponde en el castellano normativo a una unidad de la serie oclusiva, su realización no se soluciona con una neutralización sorda/sonora, sino que generalmnente es [Ø]: oservación (observación), eclise (eclipse), amitir (admitir), amósfera (atmósfera), otubre (octubre), otava (octava), ación (acción). |
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Del resto de las unidades en esta posición no hay variantes notables, pero sí me parece importante la neutralización de r/l en posición inicial de sílaba CV, si no es inicial es absoluta. Por lo que he podido observar, cuando C corresponde a l o r, siempre se realiza con un sonido más próximo a r que a l, que hemos representado con [|] si esta es la consonante en la palabra normal. Si es r, su realización es la normal del castellano: orivareras, áramos (álamos), aracena (alacena)... y los ejemplos citados antes. |
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Si a esto añadimos que en posición implosiva es también frecuente la neutralización, hay motivos para pensar que la distinción r/l se ha venido manteniendo durante siglos gracias a unos pocos casos en los que sí son distintivas pero/pelo, cara/cala..., donde el hecho de que sean bisílabos no permite la neutralización por no haber otros elementos que los distingan. |
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En definitiva, puede pensarse que la lengua puede tender a la eliminación de la oposición r/l, sin más complicaciones para el sistema. Podría hablarse entonces de un archifonema /R/, escrito unas veces como l y otras veces r, con tres variantes de realización [r] [|] [l]. Esta última sería exclusiva de la posición inicial absoluta. |
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En cuanto al núcleo silábico, V; conviene hacer algunas precisiones si éste es complejo; es decir, si está formado por dos o más unidades vocálicas. De las dos posibilidades de diptongos que ofrece el castellano normativo, crecientes y decrecientes, podemos decir que en nuestro caso apenas se utilizan los diptongos decrecientes y, en cambio, aumentan considerablemente los diptongos crecientes. |
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Los primeros se reducen prácticamente a ai, y en los segundos se admiten todas las combinaciones posibles con [j] [w], como primeros elementos; fenómeno éste que debe ponerse en relación con la marcada tendencia a deshacer los hiatos mediante diptongos y las consecuencias silábicas que este fenómeno comporta. |
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Rara vez podemos hablar de dos núcleos silábicos en contacto, pues los casos que en castellano normativo se mantienen en sílabas separadas: peón (CVVC), almohada (CVVC) le obligaron (CVV), en nuestra zona se solucionan con diptongos, cerrándose la vocal anterior: pion, almuada, y li obligaron. |
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Las vocales de grado medio tienden a cerrarse tanto si van en sílaba anterior a otra que empieza por vocal como si van posteriores. En este caso aparecerán los diptongos decrecientes, y siempre la modificación se acompaña de un cambio acentual: [áugo] (áhogo), [mwino] (mohino). |
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Rara vez se da el fenómeno contrario para deshacer los diptongos mediante hiato: cambear ('cambiar'), negocear ('negociar'), vacear ('vaciar'). |
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* Esquemas acentuales.- |
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Como es de suponer, nuestra acentuación es de tipo intensivo, culminativo y libre, con arreglo a los siguientes esquemas conceptuales. |
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1. ---- | |
2. ---- | |
3. ---- | |
4. ---- | |
De ellos, los menos frecuentes son los modelos 3 y 4, sin que podamos decir que hay una clara aversión como en aragonés. Encontramos ciertamente algunos casos de repugnancia por la acentuación esdrújula, pero sin llegar a ser generales: cantára, analísis, telegráfo, esporádicos y frecuentes en todo el castellano vulgar. |
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En cambio, sí me parece interesante la presencia, más o menos intensa, de un acento secundario que dota de una especial tonalidad la manera de hablar, el "deje". |
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En el acento principal se observa una intensidad mayor de lo normal, lo cual hace posible la presencia de este acento secundario y la configuración de unas curvas menos homogéneas que las normales: sacérdóte, satísfáción, agrícultór. |
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Los pronombres llamados átonos llevan con frecuencia un acento tan intenso como el propio de la palabra que es núcleo acentual: cómeté el bocadillo; tiralé la garrota. |
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Acentos que dotan la entonación de unos altibajos más acentuados que en el habla vulgar general, ya que algunos que en aquella no son perceptibles y aquí se les da una especial intensidad: aquí los folasteros que venían casi estában con frecuencia. El qué se casaba convidaba a los demás. Bárranquéras, rémolinos, configuraciones melódicas con dos acentos que en castellano normal serían más homogéneas con una sola curva más intensa. |
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