GIL LÓPEZ GARCÍA

BREVE ANTOLOGÍA POÉTICA
Del libro Diálogos de Otoño.
Estos escritos en su mayoría están sacados de sus diarios médicos y cuadernos personales, pudiéndose hacer de ellos dos grupos: prosa y verso. aunque sus versos son prosa versificada.
Hombre de basta cultura, admirador profundo de la Naturaleza y sus bellezas, plasma con claridad sus estaciones y fenómenos naturales, así como sus variados colores, con verdadero sentimiento y conocimiento de los mismos.
A través de sus retratos describe al hombre con sus virtudes y defectos. Su actitud crítica y humana se trasluce a través de ellos de forma clara y, en determinadas ocasiones, hasta cruda.
Otro pequeño grupo de poemas está dedicado a la descripción de obras de arte, muy admiradas por él, hechas con detalle y justeza, pero sin olvidar la armonía y belleza del verso.
Consciente de la pérdida de tradiciones, conocimientos y hechos históricos y humanos, trnscribe romances, poesías, máximas y cuentos que guarda con afecto, sobre todo los relatos personales.

 

 
La duda con la pena
 
a la tristeza van unidas
Un entierro sin voces
 
sin quejas sin lamentos
ni princesas altivas
al pie de unas espinas
hubieran de quedar mejor servidas
 

por su paje de honor.

 

Es mi castigo

 

Soy un Hamlet trazado a la moderna

 

me falta su entereza y su bravura

 

He de arrastrarme con la duda eterna

 

cada día es un signo de margura

 
   
 

Antes mis versos eran

 

los cantos de mi alma

 

el sol, la vida quieta.

 

Saturados de calma

 

ahora son expresiones

 

de mi cerebro débil

 

Quimeras, ilusiones

 

y cuanto más me alejo

 

de mi musa perdida

 

las estrofas gimiendo

 

salen por la ancha herida.

 

¿Qué hay en mi corazón?

 

Antes flores silvestres

 

hoy ya de invernadero

 

Son las noches de luna

 

de mi vida bohemia

 

Son pálidas y frágiles

 

y se mueren de astenia

 

sólo duran las horas

 

fugaces de una orgía

 

se deshojan llorando

 

no tienen alegría

 
   
   

 

La duda con la pena
a la vieja tristeza van unidas
nunca rubias doncellas
ni princesas altivas
hubieran de quedar mejor servidas
por su paje de honor
Es mi castigo
Soy un Hamlet trazado a la moderna
me falta su entereza y su bravura
He de arrastraarme con la duda eterna
cada día es un signo de amargura
Antes mis versos eran
 
los cantos de mi alma
 
el sol, la vida quieta
 
Saturados de calma
 
 
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